Lo más recomendable ya sea tu primer par o lleves muchos pies de gato comprados es que sean unos con los que te sientas cómodo escalando con ellos y que se ajusten bien a tu tipo de pie. Que te den confianza en esos movimientos delicados a los que te vas a enfrentar y que sean polivalentes.
Hay escaladores muy buenos que usan siempre modelos de pie de gato de lo más “sencillos” y hacen virguerías con ellos, y también escaladores noveles que se compran el modelo más avanzado del mercado y aprenden en seguida a utilizar bien sus capacidades.
Un pie de gato muy asimétrico, o muy curvo, o muy blando puede que se te haga difícil de usar al principio. No se tiene la suficiente capacidad para pisar de manera tan técnica, ni la suficiente fuerza en los dedos de los pies.